Ayer, en una reunión del equipo realizada para analizar un hecho ocurrido en el lugar que no viene al caso, la propuesta más inteligente y atinada la realizó alguien que postula el principio “el diablo sabe menos por diablo que por viejo”; inclusive se dio el lujo de recordárnosla al finalizar la reunión.
Desde ese momento no logro dejar de preguntarme, ¿nuestros éxitos y fracasos se deben al conocimiento adquirido o al saber hacer acumulado?...