Pensé que se me iba a hacer más corto. Fue muy largo. Estuve afuera pero encerrado en la burbuja. Mi cara no es la misma de febrero por eso no me animé a postear en marzo. La abstinencia me mata. Mucho pescado, mucha Pascua, mucha Semana Santa y nada de carne. Tommy Barban es un hombre K y eso no es poca cosa. De grande se hizo kakista menos mal que Lolo Barban no lo ve.
Fue un mes muy intenso en sueños. Soñé tanto que ni siquiera tengo tiempo de acordarme. Un día soñé con una fila de chanchos, eran como dos millones de chanchos en fila. No sé cuanto mide un chancho grande de largo. ¿Un metro? ¿Un metro y medio? Pongamos un metro. Eran dos millones de metros de chancho o dos mil kilómetros, como de acá a Río Gallegos. Los chanchos esperaban a San Martín y el venía de la mano del General y de Cristina y de Emma Peel. Emma Peel cantaba una canción en inglés pero con tonada a la marchita. Cada chancho se acordaba del primer chiquero que vivió y del primer sorete que olfateó y engulló y se ponían a jugar al jueguito que Cecilia Zperling hizo en su blog del pornostar y no les salía. No les salía ningún nombre interesante porque eran todos chanchos pensaba mientras soñaba. Al final de la cola había un señor que empujaba y empujaba a los chanchos con un palo con una punta afilada era el Comandante Benito Piedra Buena y adelante de todo había una gran máquina de hacer chorizos y los chanchos caían a montones y salían chacinados. Era lindo verlo mientras no se trenzaban los millones de chorizos que salían de la máquina y caían al mar y eran rescatados por los bañeros de Baywatch.
Otro día apareció Barack Obama y me dijo que él al señor Barban no lo conocía pero que conocía a la señorita Pola. Que una vez le había escrito un mail y que él le respondió. Después me dijo que de Argentina le llegaban bombachas raras pero que lo estimulaban sexualmente. Todo esto lo decía sentado en un trono y no lo podíamos mirar a la cara.
Un día se cortó una ruta y después mil rutas. Las rutas llevan a algún lado pensé pero ya era tarde. D'elía y Moyano jugaban al tejo playero con Tommy Barban y él para hacerse el popular se pedía una sangría y hacía como que la tomaba pero la escupía a espalda de ellos.
Una vez en este larguísimo marzo me dejaron ir hasta un piquete de la abundancia y me robé una camioneta 4x4. Como no sé manejar me estampé y terminé en el hospital todo vendado y vino la policía a buscarme pero debido a mi situación me dejaron ir. Fui a buscar más gente para llenar una plaza pero sólo venían los chanchos. Los chanchos y D'elía y Chirac el afrancesado. Chirac me hacía acordar a Cortazar pero mucho más tonto. D'elía parecía un barrabrava de Nueva Chicago operado.
Dos verdes una azul. Así es fue la dieta de pastillas de marzo. Acordate boludo: dos verdes una azul y no al revés. El país crece y todos somos buenos. De la nada aparecían más chanchos. Todos tenían algo para decir pero se quedaban callados por miedo al rey. El rey dijo secamente "No hay más lugar" y empezó la devastación.
Ni cine, ni dvd, ni nada. todo falso, todo trucho. Esta es la Argentina el país que amamos. Soñé y salí corriendo, todavía no paré. Lo único que falta ahora es que venga de nuevo la triple A y los militares y los montoneros buenitos. Y soñé con Firmenich y su horrible lunar en la cara que me miraba y me decía "No te despiertes. No te despiertes nunca más"